Esta es la última frasca que he terminado.
En esta ocasión he utilizado craquelador de un componente, lo que me permite usar dos colores de acrílicos, uno asoma a través de las grietas (oro) y el otro es el color principal (blanco antigüo).
La servilleta que he utilizado siempre me ha gustado, por sus colores y dibujos y todo ha girado alrededor del color, ese tono entre añil y violeta que me encanta; hasta la pátina, que es la primera vez que la aplico con color.
He mezclado una pátina que tenía sin estrenar en blanco antigüo y un poco del acrílico que he usado para el resto de la bandeja.
Y este es el resultado.
A mí me recuerda a las típicas estampas de Ibiza, con el blanco y el azul celeste como protagonistas.