Esta caja que veis llena de hormiguitas (jajaja!!!) la compré súper barata porque me pasó como con el marco negro al que le hice el tuneo: en cuanto la vi me encantó y me imaginé enseguida cómo "sufriría" la metamorfosis a la que sería sometida... jejeje!!!

Pues aquí la veis, después de haber pasado por la cirujía estética (como la Esteban... jajaja!!!)... A que parece otra?
Y eso que no le he hecho gran cosa.
El color que traía era un marfil que se lo cambié por mi ya clásico blanco antigüo, que aunque son parecidos (quizá el marfil tire un poco más a amarillento) para poder difuminar el dibujo de servilleta tuve que dar golpecitos con la esponja y ya se notaba la diferencia entre los dos tonos.
Lo primero fue tapar las hormiguitas con el blanco antigüo.
Le pegué los dibujos como siempre, igualé los filos del papel, como he dicho, con la esponja impregnada en el acrílico y seguí pintando el resto de la caja y luego un par de manos de barniz satinado en spray y listo.

