Hogar, dulce hogar...

Hola de nuevo!

Últimamente estoy siendo más prolífica que de costumbre, así es que aquí teneis mi última tablilla.

Estoy muy satisfecha con el resultado porque he conseguido integrar la servilleta con el fondo, haciendo una aguada, degradando los colores.

El proceso es el de siempre en mis últimos trabajos: pintar la tabla con gesso color chocolate de Atellier (podeis sustituir con acrílico), pasar una vela por los filos y por los sitios que queramos luego decapar, pintar encima con gesso color verde veneciano de Atellier y lijar una vez haya secado.

Hasta aquí es el mismo proceso, cambiando un poco los colores.

He rasgado la servilleta con las manos y he recortado la parte del dibujo que me interesaba.

Luego le he quitado las dos capas blancas de papel y me he quedado con la del dibujo; la he pegado con alkil aguado, con una brocha plana y suave y la he dejado secar.

Luego le he pintado las letras con el tono Gris piedra de Decorfin, como siempre.

Una vez seco es cuando he hecho la aguada de la que os hablaba antes.

Lo he hecho así experimentando un poco, que yo no soy experta, ni mucho menos.

Yo cojo un vasito con agua, pinceles y las dos pinturas que me han servido en esta ocasión: los tonos Turquesa y Verde grisáceo, ambos de Decorfin.

El verde grisáceo es prácticamente igual al gesso verde veneciano que le di de fondo, así es que me ha venido de perlas para integrar la servilleta con el fondo y un toque del turquesa, que se parece mucho al fondo de la servilleta, ha sido el punto para hacer el degradado, siempre con el pincel bien mojadito, para que se fundan los colores.

Lo dejo secar y luego le doy una capa generosa de alkil a toda la tablilla, mojando el pincel de vez en cuando para que resbale y no se agarre y queden las rayas que deja el pincel en cada pasada.

Ya seco le he ido dando con craquelador de Vallejo a las zonas que quiero que craquelen y para que no quede el antiestético escalón entre las dos zonas, yo echo directamente del tarro y lo extiendo con el pincel plano y luego voy arrastrando con el pincel casi seco para que quede como una orilla, de más a menos.

El siguiente paso, una vez que haya secado y, por tanto, craquelado, es dar la pátina.

He usado el tono Pardo antiguo de Decorfin, con un trapito, la voy untando en las zonas craqueladas y con los restos que quedan en el paño casi secos, la voy extendiendo un poco para dar sombras aquí y allá, evitando dar en el centro para que esta zona quede con más luz.

Y como siempre os digo, me queda que mi marido coja el trompo y le abra los agujeros a todas las tablillas para pasarles la cuerda.

Tengo ya preparada de pintura y todo mi cuarta tablilla, pero esta vez voy a elaborarla con otra técnica.

Os dejo en ascuas... jajaja!!!